Para la Hermandad de la Esperanza, el día 2 de noviembre, festividad de todos los Fieles Difuntos, tiene un especial significado. Este día celebramos Misa de Reglas en favor de todos los hermanos y bienhechores difuntos de nuestra Hermandad, especialmente por los fallecidos durante el último año, quienes son recordados nominalmente en la Oración de los Fieles.

Pero, ¿Te has preguntado en alguna ocasión por qué es necesario dirigir oraciones, misas, rosarios, sacrificios… en favor de los fieles difuntos?

Para entender mejor, ésta, y otras preguntas, conviene que le prestes atención a este artículo donde conocerás el origen, y la historia del culto ancestral a las Ánimas Benditas del Purgatorio en nuestra ciudad, así como la labor caritativa que podemos hacer en favor de los Fieles Difuntos.

ORIGEN DE LA DEVOCIÓN A LAS ÁNIMAS BENDITAS.-

El origen del culto a los difuntos hunde sus raíces en el Antiguo Testamento. Judas Macabeo en su relato sobre la muerte de los soldados del ejército Macabeo, mandó rezar como sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mac. 12, 46).

Retablo cerámico de las Ánimas Benditas del Purgatorio,
de la Parroquia de San Pedro (Sevilla).

La Iglesia Católica celebra el día 2 de noviembre, la festividad de Todos los Fieles Difuntos, que fue instituida en el año 998 por San Odilón, monje benedictino y quinto abad del monasterio francés de Cluny. Los concilios de Florencia (cf DS 1304) y de Trento (cf DS 1820; 1580) refrendaron y clarificaron toda la doctrina de la fe relativa al Purgatorio, promoviendo el sacrificio de la misa como el mejor de los sufragios para la salvación del alma de aquellos difuntos que, habiendo muerto en gracia de Dios y teniendo segura su salvación, necesitan mayor purificación para alcanzar el Cielo Eterno.  Hoy, además, la Iglesia recoge toda la doctrina de la Purificación final o Purgatorio [i] y recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.

LAS COFRADIAS ONUBENSES DE LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO: ORIGEN Y ANTIGÚEDAD.-

Las cofradías de Ánimas aparecen en Sevilla en el siglo XVI, fomentadas desde el propio Arzobispado, y de ahí se extendieron a toda la archidiócesis. Junto con las cofradías Sacramentales, las de Ánimas eran en esencia de naturaleza parroquial y estaban especializadas en mayor medida que otras en el ceremonial de la muerte, enterrando a los muertos, acompañando a los hermanos fallecidos en su sepelio con luces encendidas, y ofreciendo sufragios, vísperas, y misas por su alma. Pero lo que distinguía a este tipo de corporaciones era su innegable vocación asistencial, y su especialización en el culto y devoción por los fieles difuntos, para lo cual recibían donativos y limosnas testamentarias.

En la ciudad de Huelva han existido históricamente dos cofradías con la advocación de Ánimas Benditas del Purgatorio: La cofradía de Ánimas de la Parroquia de la Concepción, de cuya existencia tenemos referencias en el siglo XVIII  [ii], y la cofradía de Ánimas de la Parroquia de San Pedro, que data de principios de siglo XVI, y de la que nos ocuparemos a continuación.

Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que la cofradía de Ánimas de San Pedro es, hasta el momento, la de mayor antigüedad de cuantas cofradías han existido en nuestra ciudad. El Doctor Manuel José de Lara Ródenas, refiriéndose a la antigüedad de las cofradías onubenses, afirma que “las más antiguas referencias que hoy poseemos nos dirigen a 1514, año en que se aprobaron las reglas de la hermandad de Ánimas del Purgatorio…”  [iii]. Esta referencia, según palabras del Sr. de Lara, “procede de un pleito de 1727 entre la hermandad de Nuestra Señora del Rosario y el vicario de Huelva. En ese pleito el hermano mayor de las Ánimas es citado para presentar las reglas de la institución, y consta fehacientemente que éstas se aprobaron en ese año, según el original que entonces se aportó y que ya no existe”. Es obvio que se trata de la hermandad de Ánimas de la Parroquia Mayor de San Pedro, toda vez que la Parroquia de la Concepción fue fundada un año después  [iv].

Otro dato que confirma su decanato, lo proporciona la escritura otorgada el 13 de junio de 1610 [v], ante el escribano Cristóbal Quintero, por el que Antón Martín, Mayordomo de las Ánimas, otorga poder a favor de Francisco de Acosta, procurador de la Audiencia de Sevilla,  para pleitear frente a la cofradía de la Vera+cruz al respecto del sitio que debían ocupar sus insignias, instándole a rebatir sus intenciones “… por quanto la dicha cofradía de las Ánimas es más antigua e siempre ha estado en posesion de insignia en mas antiguo lugar que otra alguna”.

LA COFRADIA EN SU ERMITA DE LA MAGDALENA, FUNDACION DE SU HOSPITAL:

¿Comenzó la Hermandad primero y erigió su altar, o fue cosa de la fábrica del templo parroquial? Es loable suponer, como ocurriera con su homónima de la ciudad de Ávila, que la hermandad surgiera al amparo de la Parroquia Mayor de San Pedro,  estableciendo su sede en la ermita de La Magdalena, donde “en 1514 debía mantener ya a su costa el hospital”  [vi] del mismo nombre y donde erigió su altar. Esta función asistencial se mantuvo gracias al favor popular. Las penalidades económicas, y la aparición de otras cofradías de carácter más devoto, contribuyeron al abandono del hospital a finales del siglo XVI  [vii], y destinando el edificio sólo al culto.

La ermita de la Magdalena estaba situada en el flanco sur de la Parroquia Mayor de San Pedro, frente a la actual puerta de ojiva que da acceso a la sacristía y sobre el cerro del Molino de viento. Su silueta se ofrecía como “adorno a la plassa de sr. San pedro… y tambien de la dicha iglesia parrochial por estar enfrente”  [viii]. Este cerro fue excavado, a finales del siglo XIX, para dar entrada al Paseo de Santa Fé y la calle Daoiz, enlazando con la Plaza de San Pedro. En 1613 la hermandad de Ánimas aún permanecía en su ermita, según consta por una escritura de obligación, otorgada el 2 de junio ante el escribano Luís Díaz Palomino, en la que el maestro albañil de Huelva Pedro Gómez se obliga “a hacer en la hermita de la sancta maria magdalena desta villa, que es de la cofradía de las animas del purgatorio” ciertas obras de reparación  [ix] y a construir un campanario espadaña. Por esta escritura sabemos que el templo era de gran capacidad, y constaba de varios altares; de una sacristía; de una capilla, y de la mayor, cuyo retablo era de azulejos.

El 9 de mayo 1682, el Hermano Mayor de la cofradía otorga escritura ante el escribano Antonio de Vera del Estoque, y muestra la gran preocupación que se suscitó entre los hermanos por estar abierta una de las paredes de la ermita, y por “averse podrido las maderas del techo”, por lo que se comprometieron a vender una casa que tenían en la calzada (actual calle Jesús del Calvario) para pagar los gastos que ocasionase esa reparación.[x] Desconocemos si se llevaron a cabo obras de reparación, pero ésta es la última referencia documental de la ermita de La Magdalena, por lo que debieron de trasladarse a la Parroquia de San Pedro, donde erigieron su altar.

Una prueba inequívoca de este hecho se deduce del testamento de Isabel Gutiérrez  [xi], otorgado el 21 de enero de 1720, ante el escribano Antonio Baptista Monsalve, disponiendo que su cuerpo se enterrase en la iglesia de San Pedro y junto al altar de Santa María Magdalena. Es lógico pensar que la ermita estaba arruinada, y la imagen de la santa penitente dispusiera de nuevo altar en la parroquia. El altar de Ánimas corrió la misma suerte.

ALTAR DE ÁNIMAS EN SAN PEDRO: PATRONATO, ENTIERROS, Y SUFRAGIOS:

La primera cita documental que acredita la existencia de este altar, es el testamento de Alonso Peguero, natural de Trigueros y vecino de esta villa, otorgado el 3 de enero de 1694 ante el escribano Diego Díaz Lerma: “… mi cuerpo sea sepultado en la iglesia parroquial de Sr. San Pedro de esta dha villa junto a el pilar del Altar de las Ánimas…”  [xii].

Desconocemos como era el primitivo altar de las Ánimas de San Pedro, si bien es de suponer que estaba presidido por un cuadro de Ánimas, que correspondería seguramente al modelo iconográfico del Juicio Final, cuya composición fue seguida ampliamente por los pintores sevillanos del siglo XVII.

El altar de Ánimas de San Pedro ha perdurado hasta el pasado siglo XX. El Inventario de la Parroquia Mayor de San Pedro de 1921  [xiii], nos lo describe: “Es de grandes dimensiones y también elevado sobre el nivel general como un metro y rodeado de verja, como el del Cristo de la Columna. Está formado por un gran cuadro representando el Purgatorio, rodeado de un marco de columnas y tablas pintadas, imitando piedra oscura. Tiene a diario, seis blandones pintados de oscuro, sacras y atril de madera, crucifijo de pasta con potencias de plata. En uno de sus lados hay una cruz grande de madera, dos candeleros de hierro…”.  Estaba situado a los pies de la nave de la epístola, es decir, al lado derecho del coro, en lo que hoy es la capilla de la Hermandad del Descendimiento. En 1927 con motivo de las obras que realizó el párroco D. Julio Guzmán, para construir en su lugar la capilla Bautismal, se trasladó dicho altar a la hornacina adyacente en el lateral de la misma nave  [xiv], lugar que hoy ocupa la imagen de María Santísima en la Resignación de sus Dolores, y donde permaneció hasta su desaparición en el saqueo e incendio de la parroquia del día 21 de julio de 1936 al comienzo de la Guerra Civil.

Muchos fueron los onubenses que desearon ser enterrados próximos al altar de Ánimas de San Pedro, donde poseían patronato, por ser éste el lugar donde la Hermandad de las Ánimas Benditas oficiaba cada lunes una Misa cantada por las almas del Purgatorio. Es de destacar el incesante trasiego documental que se registra en nuestro archivo de protocolos, por el que los hermanos y devotos otorgaban mandas, memorias de misas y legados a la cofradía.

Portada de la Novena en sufragio de las Benditas Almas del Purgatorio,
publicada en Alicante.

La hermandad también celebraba la Novena de Ánimas en su altar, como nos dice en su testamento D.ª  Manuela, D.ª Agustina y D.ª Mariana Lazo de la Vega, otorgado el 15 de noviembre de 1778, ante el escribano Juan Antonio Rivero: “Instituio y fundo yo la Dña. Manuela Lazo de la Vega una memoria perpetua de dos misas resadas que se han de desir anualmente desde mi fallecimiento y para siempre jamás, la una… y la otra en la novena de las Ánimas Venditas del Purgatorio y en su altar, y ambas en la iglesia del Sr. Sn. Pedro desta villa…” [i].

También como forma de culto externo, desde comienzos siglo XVIII, se comenzaron a celebrar los Rosarios de Ánimas. Durante el  mes de noviembre se sacaba “el Santo Rosario en procesión según la piadosa y laudable costumbre de nuestros antepasados al Cementerio de San Sebastián en la tarde del día de todos los Santos”  [ii].  Con anterioridad este Santo Rosario visitaba el Campo Santo del Cabezo de San Pedro.

POSTRIMERIAS DE LA HERMANDAD:          

La última noticia que poseemos de esta cofradía, nos la ofrece Diego Díaz Hierro, a través de una trascripción del Libro de Cuentas de 1824, donde se relacionan de forma nominativa todos los tributos percibidos, así como los alquileres de las dos fincas rústicas propiedad de la Hermandad.  Este documento nos confirma que en esos años sólo existía la Hermandad de Ánimas de San Pedro, puesto que sus ingresos de ese año se destinaron a costear “dos onrras en las dos Parroquias de esta villa annualmente…, dos Sermones uno en cada Parroquia…, Limosna de Misas Cantadas que se celebran en ambas Parroquias todos los lunes del año con procesión…”  [iii].

Con la llegada del proceso desamortizador de Mendizábal 1836 – 1844, desaparecieron gran parte de nuestras hermandades y cofradías, entre ellas la de Ánimas de San Pedro, y no será hasta el año 1888, cuando se atestigua en la Parroquia de San Pedro la existencia de una Confraternidad de las Ánimas, aunque sin aprobar sus estatutos [iv]. Esta asociación pretendía la refundación de la hermandad de Ánimas.

El ateismo imperante y las convulsiones políticas del siglo XIX fueron poniendo fin a muchas instituciones piadosas, como ocurrió con las hermandades de Ánimas de la ciudad de Huelva. No corrieron la misma suerte de sus homónimas sevillanas, que supieron fusionarse con las Hermandades Sacramentales de sus parroquias, como son los casos de las Sacramentales de la Magdalena, San Gil, San Ildefonso y San Pedro. Incluso hoy son al menos siete las Cofradías de Pasión de la Semana Santa sevillana que tienen en su título la advocación de las Ánimas Benditas, y le dan culto: San Bernardo, La Lanzada, Las Siete Palabras, San Roque, Santa Marta, La Exaltación y La Soledad de San Lorenzo.

¿QUE QUEDA HOY DE LA TRADICION Y DE LA DEVOCION A LAS ÁNIMAS BENDITAS, EN NUESTRA CIUDAD?

Altar de las Ánimas Benditas del Purgatorio,
Ermita de la Soledad de Huelva. (Foto: Javier Mesa)

En la ermita de la Soledad se expone al culto un humilde altar de Ánimas, presidido por un cuadro representando el Purgatorio, procedente de la Parroquia de la Concepción. Este cuadro es un óleo sobre lienzo de 3,44 m. de alto por 2 m. de ancho, en el que aparece la Virgen del Carmen socorriendo a las benditas Ánimas, y está firmado en el ángulo inferior izquierdo por Juan Padilla, año de 1938  [i]. Pese al escaso tiempo que permanece el altar en esta ermita, goza de gran devoción entre los feligreses que la visitan diariamente y rara es la vez que no mantiene lámparas encendidas como señal de ofrenda por los fieles difuntos. Sólo un reparo debemos añadir: Sería necesario proceder a la restauración del lienzo y el marco, que redundaría en beneficio de su ornato y su mayor solemnidad.

De gran importancia para los católicos de nuestra ciudad es el altar de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que goza de “Privilegio Perpetuo de Altar de Ánimas” para las misas que en él se digan por cualquier hermano o hermana difuntos, según Bula de San Pío VI de 14 de marzo de 1775. Este privilegio lo obtuvo la hermandad onubense desde su agregación, como filial, a la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla, en el año 1797.

También es de destacar que el 21 de junio de 2014, se bendijo un cuadro de las Ánimas Benditas del Purgatorio, obra de la pintora onubense Patricia Núñez, y que fue donado por un grupo de fieles de esta antigua devoción, y se venera en la Iglesia del Santo Cristo de la Misericordia. Este cuadro mide 1 m. x 72 cm., y está inspirado en el azulejo de la hispalense Parroquia de San Pedro.

Columbario Hermandad de la Esperanza de Huelva.
(Foto: Sergio Borrero – Cuarto Tramo)

Por otro lado, nuestra Hermandad de la Esperanza ha contribuido en los últimos años de forma decisiva en recuperar para Huelva, la devoción y culto a los fieles difuntos, mediante la inauguración de nuestro columbario, el primero de la Diócesis de Huelva. Acto que tuvo lugar el día 14 de febrero de 2018. Tras décadas de esfuerzo, trabajo e ilusión, los Hermanos de la Esperanza, hemos visto materializado el sueño de construir un columbario para el eterno descanso de los hermanos y devotos junto a sus Titulares.

Imagen de Ntra. Sra. del Carmen y Ánimas Benditas del Purgatorio – Huelva.

Y, por último, la reciente fundación en la Parroquia de la Concepción, de la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, Ánimas Benditas del Purgatorio, San José y Santa Teresa de Jesús, ha sido todo un revulsivo para la recuperación de la devoción a las Ánimas Benditas, recuperando así los Cultos y el Rosario Vespertino de Ánimas en favor de los fieles difuntos. La Imagen de la Virgen del Carmen y Ánimas Benditas del Purgatorio, obra del imaginero Ramón Cuenca, fue bendecida el 24 de febrero de 2019, siendo nuestra Hermandad de la Esperanza madrina en este emotivo acto, que fue presidido por el entonces Obispo de Huelva D. José Vilaplana Blasco.

REFLEXIÓN FINAL:

El culto a las Ánimas Benditas del Purgatorio, es mucho más que una tradición. Se trata de una devoción ancestral que tiene un sentido cristiano de gran trascendencia. Orar por nuestros fieles difuntos es además un acto de caridad, pues como recoge el catecismo de la Iglesia Católica: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo”.

Por tanto, las almas del purgatorio necesitan Oraciones, Misas, Rosarios, sacrificios… Ya que ellas no pueden hacer nada por quitarse tiempo de permanencia en el purgatorio. Somos nosotros, los que aún vivimos en la tierra, los que podemos hacer que ese proceso de purificación sea más breve.

“Orémus pro fidélibus defúnctis”

José Alfonso Varela Rodríguez.

Diputado de Formación.

[1] CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, Año 1992, versión oficial en español – Asociación de Editores del Catecismo. 3ª Edición revisada: Primera Parte, Sección 2ª, Capítulo 3º, Artículo 12 – III, pág. 241.

[2] A.H.P.H.: Fondo de la 3ª Escribanía Pública de Huelva. Protocolo nº 4756, Año 1770, folio 14. Escritura de venta de Esteban Polo a favor de Juan González, otorgada ante Clemente Antonio Labrada el 20 de julio de 1770. Existencia de censo a favor de la cofradía.

[3] DE LARA RÓDENAS, Manuel José: El tiempo y las fuentes de su Memoria – Historia Moderna y contemporánea de la Provincia de Huelva, Tomo III, Religiosidad y Cultura en la Huelva Moderna, pág. 109. Diputación Provincial de Huelva, Servicio de Archivos. Huelva, 1995.

[4] DE MORA, NEGRO Y GARROCHO, Juan Agustín. Huelva Ilustrada, pág. 152. Sevilla, 1761.

[5] A.H.P.H.: Fondo de la 3ª Escribanía Pública de Huelva. Protocolo nº 4676, año 1610, folio 208 vuelto.

CABALLERO Y LAMA, Juan. Las más antiguas cofradías onubenses, Huelva.

[6] DE LARA RÓDENAS, Manuel José: Ibiden pág. 111.

[7] DE LARA RÓDENAS, Manuel José: Ibiden pág. 112.

[8] DIAZ HIERRO, Diego: Ejemplar devoción de Huelva a Santa María Magdalena. Antiguo templo en honor de la Santa penitente en la Plaza de San Pedro. Diario Odiel, día 28 de marzo de 1956, págs. 5 y 10.

[9]  DIAZ HIERRO, Diego: Ibidem, págs. 5 y 10.

[10] DIAZ HIERRO, Diego: Ibidem, págs. 5 y 10.

[11] DIAZ HIERRO, Diego: Ibidem, págs. 5 y 10.

[12] A.H.P.H.: Fondo de la 1ª Escribanía Pública de Huelva. Protocolo nº 4205, año 1694, folio 6.

[13] A.M.H. – F.D.H.: Inventario de la Parroquia Mayor de San Pedro de Huelva. Año 1921. Registro 571, Carpeta 1166, Subcarpeta 3. Documento original.

[14] A.M.H. – F.D.H.: Registro 468 – Parroquia de San Pedro; Carpeta 232, Subcarpeta 1. Trascripción.

[15] A.H.P.H.: Fondo de la 3ª Escribanía Pública de Huelva. Protocolo nº 4758, año 1778, folio 152.

[16] A.M.H. – F.D.H.: Ibidem, Carpeta 232, Subcarpeta 1. Trascripción de escrito dirigido al Ayuntamiento por los Señores curas de San Pedro el 29 de octubre de 1884.

[17] A.M.H. – F.D.H.: Ibidem,  Carpeta 232, Subcarpeta 1. Trascripción.

[18] A.M.H. – F.D.H.: Ibidem,  Carpeta 232, Subcarpeta 1. Trascripción.

[19] CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús: Iglesia Parroquial de la Concepción. Separata Boletín Oficial del Obispado de Huelva. Núm. 218, pág. 22. Huelva, Enero-Febrero 1978.

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