Hoy, domingo 1 de junio, nuestra Hermandad se dispone a vivir el segundo día del Solemne Triduo de Acción de Gracias en honor a Nuestra Señora de la Esperanza Coronada, en el marco del XXV Aniversario de su Coronación Canónica. Con el corazón aún lleno por la intensa jornada de ayer, nos adentramos de nuevo en estos cultos extraordinarios en los que, durante tres días, la Iglesia de Santa María de la Esperanza se convierte en altar para recordar aquel año 2000 y dar gracias a la Santísima Virgen por estos 25 años.
En la jornada del sábado 31 de mayo, el templo se llenó de unción desde los primeros minutos del culto, presidido por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Vilaplana Blasco, Obispo Emérito de nuestra diócesis, cuya presencia fue recibida con sincera alegría y reconocimiento. Su palabra, cálida y cercana, tejió un mensaje de esperanza que resonó con especial fuerza ante la imagen de la Santísima Virgen.
Al término de la Sagrada Eucaristía, la Hermandad vivió uno de los momentos más entrañables del triduo: la imposición de las medallas conmemorativas a los hermanos y hermanas que han cumplido cincuenta años de pertenencia a esta corporación. Uno a uno, fueron llamados quienes, con constancia, amor y entrega, han sostenido con sus vidas el testimonio de una fe compartida. Fue un acto sencillo, pero cargado de significación, que unió generaciones y dejó patente el sentido de continuidad, herencia y fidelidad que define la historia de nuestra Hermandad.
Pero la noche aún guardaba nuevos gestos de fraternidad y belleza. Nuestra Amantísima Titular, Nuestra Señora de la Esperanza Coronada, recibió dos preciosas ofrendas que simbolizan los profundos lazos que nos unen con otras importantes Hermandades de nuestra ciudad. La Hermandad de la Sagrada Lanzada, la cual tenemos el honor de ser su madrina, representada por su Junta de Gobierno y encabezada por su Hermano Mayor, hizo entrega de un delicadísimo rosario de piedras verdes, realizado con exquisitez por el vestidor de Nuestra Señora de los Dolores, Alejandro Navarro Benzal. Esta ofrenda fue recibida con sincero agradecimiento y quedará como recuerdo eterno de este Aniversario tan significativo.
Seguidamente, y en un gesto que evocó años de hermandad y camino compartido, la Hermandad del Nazareno entregó un presente cargado de simbolismo y profundidad teológica: un broche en forma de la letra “O”, realizado en plata, en su color, y dorado por los Hermanos Ramos. En su centro, una delicada miniatura del Niño Dios irradia el sentido de la Expectación, misterio que da origen a la advocación de la Esperanza. El broche evoca las siete antífonas del Adviento —“O Sapientia, O Adonai, O Radix Jesse…”— que durante siglos han resonado en la liturgia de la Iglesia anunciando la venida del Salvador. La dedicatoria que lo acompaña, firmada en este Año Jubilar de la Esperanza, testimonia el vínculo indisoluble entre nuestras dos Hermandades, nacido en tiempos de cercanía física y afianzado por el amor compartido a Cristo y a su Madre Santísima.
Hoy, con el recuerdo vivo de estos momentos, nos disponemos a celebrar el segundo día del Triduo, que estará presidido por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco Cases Andreu, Obispo Emérito de Canarias, cuya palabra y presencia vendrán a enriquecer aún más esta celebración jubilosa.
Invitamos a todos nuestros hermanos, hermanas y fieles de Huelva a unirse a esta eucaristía que dará comienzo a las ocho y media de la tarde. Que cada día de este Triduo sea un peldaño más en la ascensión espiritual hacia la Solemne Misa Estacional del próximo martes, culmen de esta conmemoración.
Que María Santísima de la Esperanza Coronada, Reina de San Francisco y Madre Nuestra, continúe guiando nuestros pasos, sosteniendo nuestras vidas y acogiendo nuestras súplicas en este tiempo de gracia, memoria y celebración.

























