PLAN DE FORMACIÓN 10: La ciudad de Huelva prestó JURAMENTO DEL VOTO ASUNCIONISTA el 19/08/1906

Hoy, día 15 de agosto, la Iglesia celebra la solemnidad litúrgica de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo. Pero, ¿Sabías que la ciudad de Huelva hizo solemne juramento en defensa del Voto Asuncionista, 44 años antes de ser proclamado como dogma de la Iglesia?

La historia que liga a los cofrades onubenses con el dogma de la Asunción, es apasionante, con tintes si cabe, románticos, porque eran tiempos convulsos. Huelva a principios del siglo XX, era una sociedad anticlerical, donde manifestarse públicamente como cristianos, suponía un acto de valentía. Solo se vislumbraba un rayo de “Esperanza”, tras la llegada de D. Manuel González y García, en el año 1905 a la Parroquia Matriz de San Pedro.

Pero comencemos por el principio, en la fiesta de la Asunción los cristianos católicos recordamos nuestra firme creencia de que la Virgen María, al término de su peregrinación terrena y en virtud de su contribución a la historia de la salvación como Madre del Redentor, fue liberada por la gracia de Dios de la corrupción del sepulcro y elevada en cuerpo y alma a los cielos, donde está y actúa como mediadora entre Dios y los hombres.

LOS ORIGENES DE LA FESTIVIDAD LITÚRGICA DE LA ASUNCION:

Ya desde el siglo IV, la liturgia de la Iglesia Oriental, celebraba la fiesta de “El Recuerdo de María” que conmemoraba la entrada al cielo de la Santísima Virgen. En el siglo VI, esta fiesta, fue llamada “Del Tránsito o de la Dormición de María”, donde se celebraba la muerte, resurrección y asunción de la Virgen.

Sin embargo, no será hasta el siglo VI, cuando en la Iglesia Occidental, se comience a celebrar la fiesta de la asunción, concretamente en la Iglesia de Santa María la Mayor de Roma.

No obstante, hubo de transcurrir un largo proceso hasta que, el 1 de noviembre de 1950, el Papa Pio XII proclamó solemnemente del dogma de la Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo y alma al Cielo.

Desde San Agustín, en el siglo XII, con su tratado Ad Interrogata, hasta el propio Santo Tomás de Aquino, y otros grandes teólogos se declararon en favor de la causa asuncionista.

Pero no fue hasta el siglo XVIII, cuando el teólogo de los Siervos de María, P. Cesáreo Shguanin, hizo la primera petición a la Santa Sede para la definición de la asunción como dogma de fe. Desde entonces, fueron centenares las peticiones presentadas hasta el año 1941, procedentes de todo el mundo católico.

Nuestro arzobispado hispalense TOMÓ LA DELANTERA Y se postuló EN FAVOR DE LA CAUSA ASUNCIONISTA, enviando una petición al Papa:

Es en Sevilla, a comienzos del siglo XX, cuando se promueve en España una auténtica cruzada asuncionista. Y la inicia el Cardenal Marcelo Spinola, con una pastoral que caló muy hondo en todo el Arzobispado. En Sevilla se recogieron 73.000 firmas al pie de una misiva postuladora elevada al Papa León XIII. A Sevilla le siguieron otras ciudades españolas, y Huelva entre ellas, como veremos más adelante.

Las Hermandades y Cofradías de la baja Andalucía, alentadas por el pueblo llano, y por sus sacerdotes, participaron activamente en la extensión de esta devoción, y ya, con medio siglo de adelanto, la defendieron con fervor, incluso haciendo voto de sangre por la Asunción de la Santísima Virgen María.

De todos es conocida la fecha del 2 de febrero del año 1903, en que la Primitiva y Real Hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina, de Sevilla, acordó en Cabildo General, defender con Juramento de sangre, la Asunción de María en Cuerpo y Alma al Cielo. El solemne Juramento del voto tuvo lugar el día 6 de septiembre de dicho año. Este Voto fue el primero celebrado en todo el orbe cristiano. Además de esta Hermandad, asistieron como invitadas otras 16 corporaciones religiosas de la ciudad, y entre ellas las Hermandades del Valle, del Silencio, la Macarena, el Calvario, la Sagrada Mortaja y la de San Roque.

Y Huelva no se quedó atrás,

EL PUEBLO CRISTIANO DE LA CIUDAD DE HUELVA PRESTÓ SOLEMNE JURAMENTO DEL VOTO ASUNCIONISTA, POR INICIATIVA DE D. MANUEL GONZALEZ Y GARCIA:

Huelva era a principios del siglo XX, una ciudad difícil, problemática y en crisis de valores. Y de esta Huelva, en palabras de D. Manuel González y García, hoy felizmente beatificado: “desaparecieron tradiciones de religión y de familia, y sencillez de costumbres, y cayó sobre ella una nube de explotadores de minas extranjeros y nacionales…”.

Ya desde finales del siglo XIX, la sociedad onubense se había convertido en un excelente caldo de cultivo donde proliferaban los escándalos públicos y la decadencia de las formas, que derivó en la prohibición de procesiones y actos piadosos centenarios como “El Sermón del Paso”, “El Descendimiento de la Cruz”, o “El Sermón de Soledad”. Incluso algunas de las Cofradías de la época, o bien se extinguieron, o bien permanecieron sin actividad durante décadas.

Y en esta ciudad convulsa, unos hombres y mujeres cristianos, liderados por su Arcipreste, tuvieron la valentía de hacer Solemne Juramento de Sangre en defensa de su fe en la Asunción de María, adelantándose así 44 años a la proclamación del dogma Asuncionista, que fue promulgada por el Papa Pio XII en el año 1950.

El testimonio documental que encontré en el Archivo de Protocolos del Notario D. Juan Cádiz Serrano, en su Acta nº 725, fechado el día 19 de agosto de 1906, nos da fe del Solemne Acto Asuncionista, que se celebró en la Parroquia Mayor de San Pedro. Por tanto, el próximo día 19 de agosto, se conmemora el CXV aniversario de su celebración.

Era el año 1906, y transcurrida la festividad de la Asunción, D. Manuel González y García, firma un documento fechado el día 16 de agosto, donde solicita al Ilmo. Sr. Vicario Capitular, Sede Vacante, del Arzobispado de Sevilla, la licencia para: “que el clero, corporaciones religiosas y fieles de” la ciudad de Huelva, presten Solemne Juramento “de defender el Augusto Misterio de la Asunción de Nuestra Señora en Cuerpo y Alma a los Cielos”.  

La Licencia fue concedida por el Arzobispado con fecha 17 de agosto, y el acto se celebró el día 19 de agosto de aquel año 1906, domingo, infraoctava de la Asunción de Nuestra Señora, en la Parroquia Matriz de San Pedro. El Notario, refleja en su acta: “A las 9 de la mañana de hoy se canta misa solemne por el dicho Cura Licenciado Don Manuel González-Serna, y predica en ella el Señor Doctor Don Manuel González y García, Arcipreste de este partido eclesiástico”.

Y asistieron las diputaciones de las hermandades siguientes: “Sacramental de la Parroquia de San Pedro”; “Nuestro Padre Jesús de las Cadenas y María Santísima de los Dolores” establecida en el ex-convento de la Merced; “Nuestra Señora del Rocío”; “de la Virgen Santísima de la Cinta”; “Veracruz y Soledad de María”, establecida en la Parroquia de la Concepción; “de la Virgen del Carmen”; “de San José”; “Sagrado Corazón de Jesús y Apostolado de la Oración” de la Parroquia de San Pedro; “Comisiones de las Conferencias de Caballeros de San Vicente de Paúl”; y “Centro Católico de obreros”.

Hacemos aquí, un paréntesis para comentar la llamativa ausencia de hermandades significativas de nuestra ciudad, entre ellas, las hermandades del Santo Entierro, Nazareno y nuestra Hermandad de la Esperanza, pero aquellos tiempos eran muy diferentes a los actuales, y las cofradías sufrían periodos de inactividad, carencias económicas, y dificultades de diversa índole.

El motivo por el que nuestra Hermandad de la Esperanza no asistió al Juramento del Voto Asuncionista, lo desconocemos, pero es curioso que en el diario La Provincia no aparece ninguna noticia de la hermandad, y por ello tenemos la seguridad que no hizo Estación de Penitencia aquel año 1906. También tenemos información de que la Iglesia de San Francisco estaba en obras durante ese año, por lo que intuimos que la hermandad no pasaba por su mejor momento, y estaba sumida en un corto periodo de inactivad.

Pero, volvamos al acto asuncionista. Terminando el Credo de la Misa y estando presentes en el presbiterio y centro de la Iglesia, los que habían de prestar el solemne juramento, se leyó desde el pulpito por el Señor Arcipreste la fórmula del voto, que por su extensión no reproducimos aquí.

Y concluye el notario diciendo que “Una vez terminada la lectura de tan piadoso documento, fueron prestando juramento, que recibía el celebrante, sobre los Santos Evangelios, el Señor Arcipreste, Clero, Hermandades, Corporaciones, y gran número de fieles, anunciando al pueblo el acto solemne que acababa de celebrarse con prolongado repique general de campanas en todas las Iglesias de esta población”.

Hasta aquí, este interesante documento, que amplía el conocimiento histórico de la devoción asuncionista en nuestra ciudad.

Solo me queda haceros un ruego:

La próxima vez que, en la Función Principal de Instituto, hagáis solemne y pública protestación de fe, prestando Juramento sobre los Santos Evangelios, sed conscientes del verdadero significado que tienen para nosotros los creyentes, cada una de las verdades fundamentales que, como católicos, juramos defender; Y tened muy presente a aquellos cofrades, que fervorosamente alentaron con su testimonio, y abogaron valientemente en favor de la proclamación de algunos de los dogmas de la Santa Madre Iglesia, como es el “Dogma de la Asunción”.

“Regina in coelum Assumpta”

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