Hoy, 15 de agosto, los cristianos de todo el mundo celebramos la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. Un acontecimiento único en la historia de la salvación, donde María, por la gracia de Dios, fue elevada al cielo en cuerpo y alma. Se trata de la fiesta principal dedicada a la Virgen María.

La creencia asuncionista hunde sus raíces en los primeros siglos de la cristiandad. La fe católica siempre recibió el conocimiento de esta creencia de manos de la tradición apostólica. Ahora bien,

Dos ciudades proclaman ser el lugar de la partida de la Virgen al Cielo: Jerusalén, y Éfeso. La opinión general favorece a Jerusalén.

La tradición de la Iglesia se fundamenta en que “San Juvenal, Obispo de Jerusalén, en el Concilio de Calcedonia (451), hace saber al emperador Marciano y a Santa Pulqueria, que María murió en presencia de todos los Apóstoles, pero que, al abrir su tumba, a petición de Santo Tomás, fue hallada vacía; de esa forma los apóstoles concluyeron que el cuerpo fue llevado al Cielo”.

Según la tradición, el cuerpo de María, pasó al trance de su dormición en el Monte Sion, lugar donde se estableció la Basílica de la Dormición o Abadía de Hagia María. Desde ese lugar, próximo a las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén y de la Puerta de Sion, el cuerpo de María fue trasladado hasta su sepulcro.

La tumba de María está ubicada en Getsemaní, en Jerusalén, sobre la que se construyó un templo que pertenece a la iglesia ortodoxa griega, visitable solo cada 15 de agosto. En la cripta se puede encontrar una recámara funeraria hecha en piedra en la que, según la tradición, la Virgen descansó en paz antes de ser asunta al cielo.

Las primeras referencias oficiales a la Asunción la encontramos en la liturgia oriental. En el siglo IV se celebraba la fiesta de “El Recuerdo de María” que conmemoraba la entrada al cielo de la Santísima Virgen.

En el siglo VI, ésta fiesta, fue llamada “Del Tránsito o de la Dormición de María”, donde se celebraba la muerte, resurrección y asunción de la Virgen.

Los  relatos apócrifos  sobre la asunción de María aparecen  aproximadamente desde el siglo IV y V. Siendo el más difundido en el oriente bizantino el Libro de San Juan Evangelista (el Teólogo).

Este y otros escritos apócrifos tuvieron gran influencia en las homilías y escritos de los oradores orientales. Pero,

Así, el día 19 de agosto de 1906, 44 años antes de la promulgación del dogma, tuvo lugar en la Iglesia Mayor de San Pedro Apóstol de nuestra ciudad, el Solemne Juramento de Sangre en defensa de la Asunción de María, durante la Solemne Misa que presidió el que fuera Arcipreste de Huelva, hoy San Manuel González y García.

Finalmente, la solemne definición del dogma de la Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo y alma al Cielo, fue proclamada por el Papa Pío XII, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el día 1 de noviembre de 1950, con la Constitución Apostólica “Munificentissimus Deus” (sic):

José Alfonso Varela Rodríguez

Diputado de Formación.

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