El Adviento es un tiempo de espera. En este cuarto domingo, de este tiempo litúrgico, encendemos la vela blanca de nuestra Corona da Adviento.
Este año, el cuarto domingo de Adviento coincide con el solsticio de invierno. De todos los domingos de diciembre, es el único que se celebra dentro de las Ferias Mayores del Adviento. Hoy, 21 de diciembre es el día en el que la antífona del día, comienza diciendo “Oh Sol que naces de los alto, resplandor de la luz eterna, Sol de justicia….” Hoy es el día de la Virgen del Sol, advocación mariana de fuerte calado esperancista.
Estamos en los días en los que, encontramos imágenes de la Virgen de la Esperanza ataviadas con unas cinturillas, en las que destacan de forma notoria, esos tondos en forma de sol, en cuyo interior encontramos la imagen del Niño Jesús. El 21 de diciembre es el día de la noche más larga del año y, en unos días, casi coincidiendo con el nacimiento del Niño Dios, en el día de la Navidad, el sol empezará a tener más protagonismo. Entramos en el imperio de la luz. Falta muy poco, para que el verdadero Sol de Justicia, como dice la antífona del día, nazca entre nosotros.
Un refrán muy conocido termina diciendo; “… pero el día no creció hasta que el Niño no nació.” Hoy, quedarán encendidas todas las velas de nuestra corona de Adviento. La vela blanca del centro, es opcional y, sólo se encenderá si celebramos la llamada Misa del Gallo. Es tiempo de la Virgen de la Esperanza, Reina del Adviento.
José Antonio Vieira Roldán.
Diputado de Formación.